…Temo al inicio de
un poema,
a tropezar con las
mismas palabras,
a no saber escuchar
el reclamo del árbol.
Temo a la
repetición generacional
de un padre
fantasma,
a los deyabús que
rodean mi estela
y a la caducidad de
mi poesía.
Temo a los versos
que en desfiladeros
mueren ante el
primer parpadeo,
al golpeteo de las
palabras …
Tardé muchas lunas
hiriendo la hoja
con versos que
tocan
la primitiva luz de
la palabra.
Al entretejer los
versos
pensé en frases
cursis / eróticas / contestatarias
—que hoy están de
moda—
en frases llanas y
sintagmas fijos
que asfixian al
poema.
Debemos de tener en cuenta como dice la poeta chihuahuense Alicia
Acosta: “La vida del poeta no muere, perdura en sus líneas, en la musicalidad
de sus versos. Amar y vivir en la poesía es prolongarse a través del tiempo, en
las páginas de un libro donde el espíritu del poeta, viste de gala las
palabras. La vida del poeta no muere, está detrás de las frases de un poema, en
la otra dimensión de las palabras…”[3] Y es ahí donde:
Nacen y re-suscitan
frases /
metáforas que
saltan de rama en rama
mientras el líquido
canto
refresca las
lenguas de fuego
que brotan del
colorín.
Como podemos apreciar, la poética se hace reflexión en la teoría, sin
embargo, la práctica de la misma, es emoción espectacular cuando la capacidad
de asombro sigue viva ante la belleza del arte por el arte mismo. Vicente
Huidobro nos hereda a manera de manifiesto su enseñanza sobre la arte poética y
nos dice: “Que el verso sea como una llave que abra mil puertas. Una hoja cae;
algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede
temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da
vida, mata... Por qué cantáis la rosa, ¡oh, poetas! hacedla florecer en el poema; sólo para
nosotros viven todas las cosas bajo el
Sol. El poeta es un pequeño Dios.”4 Aún a sabiendas de las palabras Huidobrianas,
Berónica dicta:
Me resisto…
a ofertar poemas
inconclusos /
manuscritos
cuarzos para toda dolencia.
Como podemos observar, todo sucede en el arte de la
poesía, perenne extravió en la mirada del tiempo. Reencuentro infinito, signo a
signo, letra a letra, palabra tras palabra, verso a verso y poema tras poema;
en este remolino de sonidos el poeta es puño que libera el ritmo del corazón y
la métrica del alma. Esto sucede cuando la poética recoge los acentos para
quitar peso a las palabras, para hacer de su trabajo literario un cúmulo de
ideas entrelazadas a la ética, la estética, la retórica y sobre todo a la
poética, elementos bases que posee EL VUELO DEL ÁNGEL donde:
Todo forma un
carnaval de letras…
Cuando escuché la
agonía del verso
empecé amansar las
ideas.
La blancura se
resistía a ser mancillada
con palabras
desgastadas
de otra dimensión
de alguna era vestida de misterio.
Y brotó de la
virgen superficie: el poema.
Como ya dije antes: el arte por el arte mismo, trae consigo la
capacidad de asombro, ésta se bifurca y explota en todas direcciones, dicho
fenómeno metafórico nos da entender de una manera figurativa, que la poesía es
la única prueba concreta de la existencia del hombre. Tal hipótesis es apoyada
por la poética que acontece en el reflejo del arte, por medio del cual los
creadores esfuminan sus emociones como quien separa los colores del arco iris
por de la luz en la mirada. Nada más confiable que el creador de letras se
dedique a leer antes de escribir, y haga de la lectura diaria el cimiento de su
poética. Y más allá del silencio, su huella río de palabras contará su
historia. Es entre libros que la
madre filosofía despliega su pensamiento lúcido y cobija al poeta con la magia
de la poesía. Palabra que vive y siente, que piensa y reflexiona, que alumbra y
transmite; y cual transfusión sanguínea, devuelve la vida al pensamiento. Basada
en versos vallejianos, asistimos al eco de Nací
un día que Dios estuvo enfermo para retomar su arte poética:
Todo cuanto acontece ya en el fondo, ya en la forma de EL VUELO
DEL ÁNGEL, conlleva luz, magia, ritmo, cadencia; todo dentro de los cánones del
verso libre, sin importar tiempo ni espacio, ahí donde:
…el alfabeto se
pobló con nuevas épocas
que guardé junto al
pecho
/ muy cerca de la perversa poesía
que llevabas a
cuestas.
En conclusión: el arte poética es la forma en que el poeta entrega a
sus posibles lectores sus emociones. El arte poética es un triángulo
complementario, formado por el cerebro, el corazón y el sentimiento; este
último, eslabón entre el sentir y el pensar de la conciencia donde la
inspiración nunca duerme... Por medio del arte poética visualizamos plenamente la vida en todos sus tiempos
–presente, pasado, futuro–, aquí en este instante, mis cinco sentidos entienden
que
nuestra madre Poesía no ha dejado, ni
dejará de parir ideas en la memoria de los poetas por los siglos de los siglos.
[1]
Gorostiza, José. Poesía y poética. 1ª
edición, Fondo de Cultura Económica, Colección: Lecturas mexicanas, México,
1964, p 9.
[2]
Argüelles, Juan Domingo. El poeta y la Crítica (Grandes poetas
hispanoamericanos del siglo XX como críticos). Colección: Poemas y ensayos.
1ª edición, UNAM, México, 1998, p10.
[3]
Desde el fondo de mi alma, Alicia
Acosta.1ª edición, edtorial JUS, 1982, p 106.
2 comentarios:
QUERIDA BERÓNICA, GRACIAS POR LA DIFUSIÓN DEL TEXTO Y EL PREMIO NACIONAL DE POESÍA ROGELIO TREVIÑO... FEDERICO CORRAL VALLEJO
Me encantó la reseña, es una invitación a la lectura. Felicidades.
Bero, todos mis respetos y admiración a tu trabajo y a tu capacidad creadora. Un abrazo.
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